Las lenguas romances derivan del latín vulgar hablado en el Imperio Romano y se desarrollaron de forma independiente tras su caída. Incluyen lenguas como el español, francés, italiano y portugués. Se clasifican en nueve grupos según su ubicación geográfica, como el italiano, galorromance, occitanorromance y rumano. Comparten similitudes debido a su origen común en el latín vulgar.